4 de mayo de 2011

¿ Me compro una réflex o una compacta ?


Quizá muchos de vosotros os encontráis ante el dilema de comprar una cámara de fotos réflex, o bien una digital compacta de las que caben en cualquier bolsillo. A pocos nos sobra el dinero, y a la hora de  comprar una cámara intentamos tomar la mejor decisión.
Esta “mejor decisión” empieza precisamente cuando tenemos que elegir entre la cámara réflex y la digital compacta. Hoy intentaré pues orientaros un poco, a grandes rasgos, para que vuestra decisión sea la acertada.

¿Cámara réflex o cámara digital compacta?

Para elegir entre un camino u otro tendremos que responder básicamente a 2 preguntas importantes:

¿Cuánto dinero quiero invertir en una cámara?

Generalmente las cámaras réflex suelen tener un precio elevado en comparación con las cámaras compactas. Una réflex rondará los 300 euros (Sony modelo Alpha p.e.) mientras que una compacta se puede adquirir desde 39 euros. Es una gran diferencia de precio, como para pensárnoslo.

¿Qué uso le quiero dar a mi cámara de fotos?

Yo diría que ésta debería ser la razón de mayor peso en nuestra decisión. En realidad, todo depende del usuario que vaya a utilizar la cámara y del tipo de uso que de ella se vaya a hacer.
El usuario típico de una cámara réflex suele ser amante de la fotografía, pasa mucho tiempo leyendo sobre el tema e intentando mejorar sus técnicas. Es un usuario inquieto, ávido de tener control total sobre el más mínimo detalle de sus fotografías. Es alguien que hace de la fotografía su afición y que no le importa tener que pagar por mantener esta afición.
En cambio, las cámaras digitales compactas normalmente tienen un tipo de usuario menos frecuente, que dispara fotos según la ocasión. Principalmente su objetivo es hacer fotos de cumpleaños, fiestas, quedadas con amigos, y que huye de complicaciones relacionadas con los ajustes de la cámara, así como de todo tecnicismo derivado de la misma. Se trata de un usuario que quiere una cámara simple y de fácil manejo, una cámara que tome decisiones por sí misma y le facilite la tarea. La pregunta entonces que cabría hacerse es:
¿Cuál de estos soy yo?

En definitiva, no hay una cámara mejor que otra (con matices claro). La mejor cámara será aquella que cumpla con la función que queremos obtener de ella. No os dejéis impresionar por las cámaras réflex. Conozco gente que tiene cámara réflex y que sin embargo no son felices con ella porque les resulta demasiado compleja de utilizar, además de su difícil transporte. Las cámaras compactas también tienen sus inconvenientes, pero su ligereza y su precio asequible las conviertes en pequeñas matonas. Así que ya sabéis, a pensar bien antes de tomar La Decisión.

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